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EL TRATAMIENTO DE LA SEMILLA Y SU EFECTO SOBRE LA CALIDAD

Disponer de una semilla de alta calidad es la base fundamental para lograr el máximo potencial de los cultivos de granos, hortícolas, frutícolas, forrajeros e industriales. En la actualidad las empresas proveedoras de semillas enfrentan el gran desafío de mejorar e innovar permanentemente la provisión de semilla de alta calidad.

La producción de semillas abarca varias etapas, comprendiendo desde el incremento del material genético, manejo del cultivo, cosecha, acondicionamiento, almacenamiento,  hasta el control de calidad en todas estas etapas. La finalidad es obtener semillas de alta calidad y que el usuario las pueda utilizar para asegurar la implantación de su cultivo. La siembra de semilla de alta calidad es el  principio básico para lograr una buena rentabilidad de los cultivos.Dentro de ese paquete tecnológico, el tratamiento de semillas cumple una función muy importante que está contribuyendo a la mejora de la calidad de semilla que se siembra.

Ing. Agr. (PhD) Cristiano Casini. Coordinador de la Maestría en Tecnología de Semillas – FCA - UNC

 

EL TRATAMIENTO DE LA SEMILLA Y SU EFECTO SOBRE LA CALIDAD

Disponer de una semilla de alta calidad es la base fundamental para lograr el máximo potencial de los cultivos de granos, hortícolas, frutícolas, forrajeros e industriales. En la actualidad las empresas proveedoras de semillas enfrentan el gran desafío de mejorar e innovar permanentemente la provisión de semilla de alta calidad.

La producción de semillas abarca varias etapas, comprendiendo desde el incremento del material genético, manejo del cultivo, cosecha, acondicionamiento, almacenamiento,  hasta el control de calidad en todas estas etapas. La finalidad es obtener semillas de alta calidad y que el usuario las pueda utilizar para asegurar la implantación de su cultivo. La siembra de semilla de alta calidad es el  principio básico para lograr una buena rentabilidad de los cultivos.Dentro de ese paquete tecnológico, el tratamiento de semillas cumple una función muy importante que está contribuyendo a la mejora de la calidad de semilla que se siembra.

Ing. Agr. (PhD) Cristiano Casini. Coordinador de la Maestría en Tecnología de Semillas – FCA - UNC

 

Disponer de una semilla de alta calidad es la base fundamental para lograr el máximo potencial de los cultivos de granos, hortícolas, frutícolas, forrajeros e industriales.

En la actualidad las empresas proveedoras de semillas enfrentan el gran desafío de mejorar e innovar permanentemente la provisión de semilla de alta calidad.

La producción de semillas abarca varias etapas, comprendiendo desde el incremento del material genético, manejo del cultivo, cosecha, acondicionamiento, almacenamiento,  hasta el control de calidad en todas estas etapas. La finalidad es obtener semillas de alta calidad y que el usuario las pueda utilizar para asegurar la implantación de su cultivo. La siembra de semilla de alta calidad es el  principio básico para lograr una buena rentabilidad de los cultivos.

  Dentro de ese paquete tecnológico, el tratamiento de semillas cumple una función muy importante que está contribuyendo a la mejora de la calidad de semilla que se siembra.

Tener en cuenta que siempre la base de una calidad de semilla radica en su alto valor inicial de vigor y sanidad. Luego, el tratamiento de esas semillas preserva su calidad y la asegura en el momento de su implantación en el suelo. El tratamiento de la semilla es una herramienta que utilizamos para protegerla y potenciar su calidad, pero no como un argumento correctivo para subsanar los defectos que la semilla pueda tener. Una semilla de baja calidad y bajo vigor, por más que esté curada, nunca dará una planta que exprese su máximo potencial genético en el cultivo. Sí, la puede ayudarla a nacer, pero generará una plántula de menor vigor, menor crecimiento y en definitivamente se obtendrá un cultivo de menor rendimiento.

En la actualidad se están usando productos terapéuticos de última generación para tratar a las semillas, que son aplicados con equipos, también de última generación. En general son cámaras presurizadas por donde pasa un flujo de semillas y son recubiertas por una sustancia que es nebulizada, se adhiere y seca en pocos segundos. La semilla sale del proceso con el curasemilla bien adherido sin presentar ningún riesgo para el operador. En todos los casos, estos productos tienen un color determinado para hacerle saber al usuario que es una semilla tratada o “curada”.  Igualmente en el marbete o rótulo que porta la bolsa de semillas debe especificar que es una semilla curada.

En un principio el tratamiento de semillas se reducía simplemente a un “curado” con fungicida y/o insecticida de contacto para proteger a la semilla de los principales patógenos e insectos que podía encontrar en el suelo en el momento de la siembra. Se usaban, en gran proporción, curasemillas en polvo que presentaban un gran riesgo para el operario que los aplicaba. Luego pasó a una generación de productos en forma líquida y se reformularon productos con una acción sistémica que protege a la semilla y a la plántula en sus primeras etapas de desarrollo. En general se combinan fungicidas que actúan por contacto con otros de acción sistémica.

En la actualidad el tratamiento de semillas ocupa un panorama más amplio, ya que se han incorporado productos sistémicos de alta eficacia, que extienden su control hacia ciertos hongos e insectos muy perjudiciales para la plántula, protegiéndola en sus primeras etapas de desarrollo. Además son de menor riesgo para el medio ambiente.

La mayoría de las enfermedades de los cultivos son transmitidas por las semillas. Por este motivo presenta una gran relevancia el tratamiento de semillas con productos que la protegen, controlan y cortan el ciclo de los patógenos. Esto hay que tenerlo muy en cuenta cuando se introduce una semilla de una región a otra. Más aún cuando se importa semilla de otros países. Con el tiempo han ido apareciendo enfermedades y malezas de otras regiones u otros países que han sido transportadas por la semillas NO certificadas.

El avance de la tecnología hizo que hoy el tratamiento de semillas incluya, además de productos terapéuticos, otros elementos como micronutrientes que potencian el crecimiento inicial de la plántula. Además la combinación de diferentes principios activos, complementando diferentes modos y mecanismos de acción sobre un mismo patógeno, permite un control más eficaz. En un futuro, la tendencia es a usar principios activos biológicos que, mediante diversos mecanismos como la inhibición de la interacción planta-patógeno, estimulan el sistema defensivo de la planta y la producción de  moléculas antifúngicas. Son curasemillas biológicos que tendrán su relevancia para los sistemas de producción más sustentables para el medio ambiente y para cultivos orgánicos. Esto último, es un requerimiento que los consumidores de alimentos ya están comenzando a demandar.

En el caso de semillas pequeñas de forrajeras y hortícolas, es muy común el peleteado (coating) o recubrimiento con productos que le dan volumen a la semilla, la hacen más grandes en tamaño y facilitan su siembra. Consiste en el recubrimiento de las semillas aplicando materiales inertes, adhesivos especiales y colorantes. También se incluyen algunos protectores (polímeros) para que la semilla resista mejor a las agresividades del medio ambiente, tanto durante el almacenamiento como en el suelo luego de ser sembradas. En leguminosas forrajeras incluye la pre-inoculación a base de rizobios específicos. También pueden aplicarse micronutrientes, fungicidas y/o insecticidas. Además esos productos llevan también micronutrientes que mejoran la germinación de la semilla. Esta tecnología muchas veces va acompañada con un tratamiento de pre-germinado que las prepara para una rápida y uniforme germinación.

Actualmente la semilla lleva consigo un complejo tecnológico muy importante con el objetivo de asegurar la implantación inicial del cultivo, como un factor determinante de la calidad del cultivo y su posterior performance en los rendimientos. El medio ambiente de la tierra, en el momento de la siembra, presenta una serie de riesgos que si no son tenidos en cuenta afectan posteriormente el rendimiento y a veces llegan a poner en peligro la subsistencia del cultivo. Esto se debe a que, en el complejo suelo, se encuentran una serie de hongos patógenos e insectos perjudiciales.

Por otra parte, con la progresiva adopción de la agricultura de precisión, la cual incluye la siembra precisa, se necesitan cada vez más semillas de alta calidad ya que la precisión requiere que en cada punto de siembra la semilla no falle y desarrolle una plántula sana y vigorosa.

Para obtener buenas cosechas, hay que comenzar con una buena implantación del cultivo y para eso necesitamos semillas de alta calidad en todo su contexto. El tratamiento de las semillas juega un rol muy importante en este aspecto ya que protege a la semilla asegurando el estado sanitario, controla la dispersión de las enfermedades y las protege de posibles daños por insectos. Además, disminuye el riesgo de deterioro de las semillas cuando se siembran en condiciones desfavorables del ambiente mejorando su germinación e implantación del cultivo.