Inicio /Seguridad Alimentaria / Ventajas de la Certificación de Aceites de Oliva en Argentina

Ventajas de la Certificación de Aceites de Oliva en Argentina

El proceso de certificación de productos alimenticios es cada vez más importante para poder acceder a los mercados internacionales. A modo de ejemplo, las Denominaciones de Origen de un producto tienen el propósito de identificar el origen de los mismos otorgándoles una protección especial, que garantiza a los consumidores su calidad, agregándole valor y permitiendo a pequeños productores acceder a los mercados nacionales e internacionales. El aceite de oliva es uno de los candidatos a certificar en las provincias productoras de la Argentina. Considerando la importancia de las producciones certificadas, FORINDER conjuntamente con la Embajada de Italia en la Argentina, llevaron a cabo el 12 de junio de 2019 un workshop en las instalaciones del CPIA que contó con la participación del Agregado Científico de la Embajada de Italia, de expertos italianos y representantes técnicos de instituciones del país con responsabilidad en el tema. Es propósito de este artículo divulgar los aspectos relevantes abordados en dicho evento en relación con las normativas de certificación de aceites y vinos, en los países involucrados.

Laura Gasoni y Eduardo Botto

Profesionales retirados de INTA

Ventajas de la Certificación de Aceites de Oliva en Argentina

El proceso de certificación de productos alimenticios es cada vez más importante para poder acceder a los mercados internacionales. A modo de ejemplo, las Denominaciones de Origen de un producto tienen el propósito de identificar el origen de los mismos otorgándoles una protección especial, que garantiza a los consumidores su calidad, agregándole valor y permitiendo a pequeños productores acceder a los mercados nacionales e internacionales. El aceite de oliva es uno de los candidatos a certificar en las provincias productoras de la Argentina. Considerando la importancia de las producciones certificadas, FORINDER conjuntamente con la Embajada de Italia en la Argentina, llevaron a cabo el 12 de junio de 2019 un workshop en las instalaciones del CPIA que contó con la participación del Agregado Científico de la Embajada de Italia, de expertos italianos y representantes técnicos de instituciones del país con responsabilidad en el tema. Es propósito de este artículo divulgar los aspectos relevantes abordados en dicho evento en relación con las normativas de certificación de aceites y vinos, en los países involucrados.

Laura Gasoni y Eduardo Botto

Profesionales retirados de INTA

El proceso de certificación de productos alimenticios es cada vez más importante para poder acceder a los mercados internacionales.

En Italia y en otros países mediterráneos europeos, se destaca la importancia que otorga el mercado a la certificación de calidad y de seguridad alimentaria de sus productos, entre los cuales se menciona el aceite de oliva.

Dentro de las certificaciones, las Denominaciones de Origen tienen el propósito de identificar el origen de un producto y gozar de protección especial. Esta Denominación es un tipo de indicación geográfica, que se aplica a productos que poseen una calidad específica derivada del medio geográfico en el que se elaboran, que además cuenta con el aporte de factores naturales y humanos. La protección que otorga esta denominación agrega valor y permite a pequeños productores acceder a los mercados nacionales e internacionales, así como también garantizar la calidad de sus productos a los consumidores.

Considerando la importancia de las producciones certificadas, FORINDER conjuntamente con la Embajada de Italia en la Argentina, llevaron a cabo el 12 de junio de 2019 un workshop en las instalaciones del CPIA que contó con la participación del Agregado Científico de la Embajada de Italia, de expertos italianos y representantes técnicos de instituciones del país con responsabilidad en el tema. En el curso del evento se profundizaron aspectos sobre las normativas de certificación de aceites y vinos, en los países involucrados.

Es importante destacar que, en la Argentina, un gran número de los productores de aceite de oliva no solo emplea modernos equipos de extracción, sino que también prioriza la aplicación de exigentes protocolos de procesamiento y conservación, hechos estos que permiten pensar que están dadas las condiciones para que otros desarrollos aceiteros regionales puedan certificar, obtener un mejor posicionamiento en el mercado y aumentar su volumen de exportación.

¿Cuáles podrían ser las estrategias para estimular estos objetivos?

El Plan Estratégico Olivícola Argentino (PEOA 2020), presentado por el Consejo Federal de Inversiones para el año 2020, contempla importantes acciones, entre las cuales se mencionan la realización de perfiles de mercados actuales y potenciales, la participación en el Foro Nacional Olivarero (SAGPYA) así como la promoción de la participación del sector privado en eventos internacionales y nacionales que favorezcan la difusión y penetración de los productos olivícolas argentinos. Además, el Plan Estratégico propone el gestionamiento de la re-implantación del reintegro de exportación del aceite de oliva (5%) y la promoción de la cooperación comercial entre el sector privado y las embajadas argentinas en países estratégicos.

Sumado a lo planteado en el PEOA 2020, en nuestra opinión, sería importante intensificar el asociativismo regional y el cooperativismo entre los productores, lo cual podría contribuir a estimular la competitividad y a facilitar la gestión comercial sobre los atributos más valorados del aceite de oliva regional. Sin lugar a dudas este ha sido uno de los factores más relevantes para el exitoso modelo italiano. Asimismo, resulta esencial la construcción de redes multidisciplinarias, conformadas por un conjunto de actores de la sociedad productiva entre los que se destacan químicos, tecnólogos de alimentos, biólogos, nutricionistas, expertos en seguridad alimentaria, juristas, etc., acciones importantes que condujeron a este tipo de certificación en otros países.

El desarrollo de las normativas que garantizan la calidad de la producción y de aquellas que hacen a la valoración de aspectos tales como las cualidades organolépticas del aceite de oliva, constituyen parámetros indispensables en el marco regulatorio de la certificación. Esto aspectos contribuirán a un mejor posicionamiento de los productos en el mercado.

Es importante enfatizar que para asegurar que los productos cumplan con todos los requisitos de la certificación, los desarrollos involucrados deben ser auditados por empresas acreditadas ante SENASA o el OAA (Organismo Argentino de Acreditación). Al momento, las empresas acreditadas son:  Argencert S.A, Bureau Veritas Certification, Det Norske Veritas S. A, Food Safety S.A, INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), IQC S.A. (International Quality Certification), IRAM (Instituto Argentino de Normalización), Letis S.A, LIAF CONTROL S.R.L, OIA (Organizacion Internacional Agropecuaria) S.A., SGS Argentina S.A, Schutter Argentina S.A y TUV Rheinland Argentina S.A.

Asimismo, considerando la importancia de la economía circular, resulta necesario el desarrollo de tecnologías que posibiliten la reutilización de los productos de descarte.

En base a lo expuesto, la aplicación de los procesos y etapas mencionadas al sistema productivo local de aceites de oliva, potenciaría el acceso de la Argentina al mercado internacional, posicionándola como un “gran proveedor” de productos alimenticios con un alto valor agregado. Los consumidores prefieren productos genuinos, producidos con bajo impacto ambiental. Para garantizarlos, existen sistemas de control organizados, voluntarios de participación oficial y público-privada.

En nuestro país, hasta el presente, solamente se ha obtenido la certificación del aceite de oliva extravirgen en Mendoza, para cuyo proceso de certificación se contó con la colaboración del director del Parco Tecnológico 3A-PTA de la Región de Umbria, Italia.

Los signos oficiales de identificación de la calidad y la certificación de origen, que dan cuenta del control, tienen por objeto proporcionar herramientas de competitividad a las empresas agroalimetarias por la calidad específica y satisfacer las expectativas de los consumidores.

El salto en calidad que se requiere para alcanzar el objetivo planteado dependerá en gran medida del trabajo conjunto entre los productores locales, los organismos nacionales involucrados en la temática y el relacionamiento a generarse con los organismos-productores-asociaciones extranjeros con experiencia probada en el mercado internacional.