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Bioeconomía: Alternativa sustentable frente a demandas futuras

La bioeconomia,  es la aplicación del  conocimiento a las ciencias biológicas,  para el cuidado del medio ambiente, el empleo eficiente de los recursos naturales, el aumento de la productividad; el agregado de valor mediante su transformación industrial; dando respuesta a una demanda en crecimiento y diversificada , tendiendo a reemplazar uso de  energías fósiles por renovables

A través de este enfoque, nuestro país, con tradición en la producción y exportación de productos agropecuarios, debe diversificar su matriz productiva,  promoviendo procesos con alto valor agregado, mediante la bioindustrialización, integrando en todo el país, su producción primaria con el desarrollo de una diversificada  y competitiva industria de base biológica.

Ing. Agr., Ms en Economía Agrícola José B..Pizarro, Nov.2016

Bioeconomía: Alternativa sustentable frente a demandas futuras

La bioeconomia,  es la aplicación del  conocimiento a las ciencias biológicas,  para el cuidado del medio ambiente, el empleo eficiente de los recursos naturales, el aumento de la productividad; el agregado de valor mediante su transformación industrial; dando respuesta a una demanda en crecimiento y diversificada , tendiendo a reemplazar uso de  energías fósiles por renovables

A través de este enfoque, nuestro país, con tradición en la producción y exportación de productos agropecuarios, debe diversificar su matriz productiva,  promoviendo procesos con alto valor agregado, mediante la bioindustrialización, integrando en todo el país, su producción primaria con el desarrollo de una diversificada  y competitiva industria de base biológica.

Ing. Agr., Ms en Economía Agrícola José B..Pizarro, Nov.2016

1.Alcance

El termino bioeconomia, representa un enfoque, que si bien no es nuevo, retoma importancia y adquiere una dimensión mayor, desde los inicios del presente siglo, frente a los  avances del conocimiento y de los cambios que, desde hace un tiempo, vienen ocurriendo en el  escenario global.

La bioeconomía, basada en el conocimiento es considerada como la ciencia de la gestión de la sustentabilidad, que apunta a lograr un desarrollo sustentable ambiental, social y económico, mediante el uso y aprovechamiento eficiente de los recursos naturales (1). Con diferentes definiciones al respecto, la bioeconomía pivotea alrededor de tres conceptos fundamentales: la obtención de biomasa como insumo principal, la elaboración de una diversidad de productos a partir de ella y el agregado de valor por las transformaciones efectuadas (8).

Conviene puntualizar que la bioeconomía, o la economía de la biomasa,  no es una nueva rama de la teoría económica, sino un campo de estudio trandisciplinario, basado en el avance de los conocimientos, surgido del actual marco global. Cuenta con el respaldo de  industrias intensivas en el uso de conocimientos como:  biotecnología,  química,  nanotecnología,  ecología, ingeniería y las tecnologías de la comunicación e información (TIC);  interviniendo y/o participando en su tratamiento además de economistas, científicos de otras disciplinas u áreas como la biología, la ecología, la física, la ciencia de los alimentos, etc. (2 )

Este nuevo enfoque  surge y evoluciona como consecuencia del estado de situación del marco global, caracterizado por la creciente  demanda de la sociedad por mayor cantidad, calidad y diversidad  de la producción agropecuaria, frente a una condicionada posibilidad de aumentar la oferta.

2.Problemática

Varios estudios  señalan que en el mundo  y por motivos diversos esta aumentando con mayor rapidez la demanda por productos agropecuarios que la oferta para satisfacerla. A nivel global,  el crecimiento  poblacional  evolucionara de los 7.349 millones actuales (2015), a los 9.725 millones en el 2050 y a los 11.213 millones de personas en el 2100 (9). A ello se adiciona, el mejoramiento de su situación económica, la mejora en la distribución del ingreso,  la creciente urbanización, los cambios en los patrones dietarios, etc., todo lo cual  permite pronosticar un crecimiento diversificado de la demanda  por productos agropecuarios, especialmente en alimentos.

Las posibilidades de la oferta por su parte, se encuentra condicionada por las limitadas posibilidades para aumentar el área  productiva, el estado de los recursos naturales, la escasez de agua y las modificaciones ambientales  surgidas como derivaciones del cambio climático. Más aun la capacidad de producción agrícola se ha visto resentida por el avance de la desertificación, consecuencia en gran parte del excesivo pastoreo;  y en zonas áridas por la salinización de tierras de riego debido al inapropiado manejo del agua y sistemas de riego. Debe tenerse presente que la agricultura consume el 70 % del agua dulce disponible en el planeta (4). Se suma a ello, la necesidad de reemplazar las fuentes no renovables tradicionales de suministro de energía, como el petróleo, carbón o gas, por fuentes renovables, una de las cuales puede lograrse a partir de la biomasa. Ello se debe, por un lado, a la finitud de las fuentes de energías no renovables y por el otro  a la contaminación creciente del medio ambiente  que, entre otras fuentes,  generan los gases de efecto invernadero,  por el consumo de combustibles de origen fósil.

En esta encrucijada, el avance de los conocimientos y la innovación resulta vital. Históricamente han sido el principal sustento de los cambios ocurridos, incluidas  las mejoras alcanzadas  en productividad y producción. Medio siglo atrás, el crecimiento  logrado  con  la revolución verde en la producción de cereales, tuvo como base las innovaciones de especies  obtenidos mediante el empleo de la genética convencional en trigo (CIMMYT-México), en los  híbridos de maíz y sorgo (en EEUU) y en arroz tipo IR-8 (IRRI-Filipinas). En los últimos 20 años, como resultado del aporte de la biotecnología,  una  tecnología desarrollada en los laboratorios, se inició una nueva etapa calificada como  la revolución de los genes, que en el área de la agronomía tuvo su punto de partida en el desarrollo de algunos cultivos alimenticios y de fibras (soja RR, maíz Bt,  algodón Bt, colza, etc.), y que se  extendió a pasturas (alfalfa),  frutas (papaya) y verduras (zapallo, berenjena, tomate, pimiento, papa y remolacha azucarera). En un marco polémico, con argumentos en favor y en contra, la superficie para la producción de transgénicos ha evolucionado, dentro de  una tendencia creciente, que a partir de  1,7 millones de hectáreas en 1996, alcanzó su pico máximo en 2014  ocupando 181,5 millones de hectáreas, cultivados por 18 millones de productores en 28 países (7 ).

3.Visión futura

El desafío que nos plantean los nuevos interrogantes deberán enfrentarse con los avances de conocimientos suministrados por tecnologías de avanzada como la biotecnología, la nanotecnología, etc.;  que con el apoyo de las TIC trabajen con distintos enfoques (transgénicos y no transgénicos),  en la creación de nuevas especies. En su visión moderna la biotecnología además de  la ingeniería genética, deberá emplear otras tecnologías como la de cultivos de tejidos y propagación en vitro; fusión por métodos químicos o eléctricos (Electrofusión), etc. De ese modo la biotecnología estará en condiciones de generar nuevos y mayores avances en  procesos donde viene siendo utilizada como los  agrícolas, pecuarios,  ambientales, industriales;    médicos e incluso de bioremediación (4 ).

La nanotecnología, por su parte, como ciencia aplicada que se desarrolla a nivel de átomos y moléculas, identifica propiedades y fenómenos totalmente nuevos, que a partir del  trabajo y  manipulación de sus estructuras moleculares, pueden ser empleados para solucionar problemas diversos que afectan a la humanidad en los campos de  la medicina, la electrónica, los biomateriales, la producción de energía, etc.

En este nuevo marco, la bioeconomía basada en los conocimientos aportados por la biotecnología de nueva generación, la nanotecnologia, la agroecología y la bioelectrónica,  apunta a mejorar la productividad, utilizando en forma  sustentable los recursos renovables con el propósito de generar nuevos productos e insumos de origen biológico: agrícola, pecuario, forestal, pesquero, etc., que serán convertidos, junto con el flujo de residuos, en productos con mayor valor agregado como  alimentos, forrajes, materiales de base biológica y bioenergía sustentables y competitivos.   De esta manera,  la producción original de  biomasa  (plantas, animales y microorganismos), se constituye en  el insumo básico de las bioindustrias, que elaboran una diversidad de productos, algunos tradicionales y otros nuevos, como alimentos, fibras, energías renovables, enzimas,  fármacos, bioplásticos; pinturas, etc. Lo que se pretende, mediante el apoyo de las TIC y el desarrollo científico tecnológico, es  ir sustituyendo parte de la industria moderna apoyada en la petroquímica y sus derivados,  por una industria sustentable competitiva y diversificada derivada del aprovechamiento de la biomasa.

Latinoamérica al disponer de recursos naturales apropiados y contar con una gran riqueza en biodiversidad, con el aporte de los avances en conocimientos, tecnologías e innovación, se encuentra en condiciones  de   generar e incluso aumentar en forma sustentable, la productividad y producción  de alimentos y biocombustibles. Sin embargo por las particulares situaciones económicas, sociales, productivas y ambientales de los distintos países, no resulta aconsejable  la aplicación uniforme de los principios   de la bioeconomia, los cuales  deben  ajustarse a las situaciones, experiencias y nivel de competitividad de cada uno de ellos ( 6 ).

Argentina, por su parte, cuenta con  una amplia tradición en la producción y exportación de biomasa de origen agropecuario, en su mayor parte como commodities y productos de primera transformación, dado que lamentablemente no ha sido totalmente eficiente en su elaboración o transformación posterior. Del valor total de exportaciones de alimentos y bebidas, donde la rama de aceites y subproductos es la más importantes , el 70 % es comercializado con precios medios bajos y bajos; mientras que solo un cuarto de las colocaciones externas de alimentos y bebidas son productos de alto valor.(3).El desafío a enfrentar, en un mundo con demanda creciente y diversificada, pasa por alentar e incentivar  el aprovechamiento industrial de la biomasa producida, para lograr dentro de un marco sustentable cada vez más productos competitivos de calidad con alto valor agregado. Cuenta para ello, además de la biomasa, con tecnología y recursos humanos capacitados que le posibilitaría  evolucionar a una agroindustria más sofisticada, eficiente y de mucho mayor valor agregado que la actual.

Dado que la bioeconomia basada en los conocimientos está en condiciones de proporcionar una respuesta a una serie de desafíos reales, resulta muy probable que pueda consolidarse como un enfoque referencial de políticas y estrategias de desarrollo, orientadas  fundamentalmente a lograr la integración del campo y la industria. En ese sentido es necesario alentar y apoyar la labor que  vienen cumplimentando diversas entidades tanto  del sector público (CONICET, Universidades, INTI, INTA) como privados (Bolsa Cereales Bs.As.) (8 y 10).  Frente a las perspectivas futuras, resulta aconsejable efectuar los esfuerzos necesarios para  aprovechar, la magnitud, riqueza y variedad de los recursos naturales y las fuentes de biodiversidad de nuestro territorio, con el propósito de generar, dentro de un marco sustentable y alto nivel de competitividad,  mayor valor agregado por cadena productiva.  La integración de una más eficiente producción primaria con una amplia y diversificada industria de origen biológico, a nivel regional, puede constituirse en un poderoso instrumento de desarrollo del territorio nacional, que al mismo tiempo que garantiza la seguridad alimentaria,  eleva ingresos,  mejora la equidad,  genera empleo y  reduce la pobreza.

Bibliografía

(1)  ArgenBio.2016. Consejo Argentino para l información y el desarrollo de la biotecnología.www.argenbio.org o Transgenicos20ArgenBio.org.

(2) Bocchetto, Roberto. 2008. Innovación, institucionalidad y desarrollo: experiencia y caminos para su integración. PROCISUR – INTA. Montevideo, Uruguay, Julio (pp. 67-69).

 

(3) Bocchetto, Roberto; Ghezan, Graciela; Vitale, Javier; Porta, Fernando; Grabois, Marcelo y Tapia, Cirio. 2013. Trayectoria y Prospectiva de la Agroindustria Alimentaria Argentina. Agenda Estratégica de Innovacion. Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, CABA, Argentina.

 

(4) Echenique, Viviana; Rubinstein, Clara y Mroginski, Luis. 2004. Biotecnología y Mejoramiento Vegetal. Ediciones INTA, Buenos Aires, Argentina.

 

(5) FAO. 2015. Statistical Pocketbook 2015. World and Food and Agriculture. Food and Agriculture Organization of the United Nations, Roma, Italia.

 

(6) Hodson de Jaramillo.2014.Hacia una bioeconomía en América Latina y el Caribe en asociación con Europa. Editado por Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.

 

(7) ISAAA. Cultivos transgénicos. Servicio de Adquisición de Aplicaciones de Agrobiotecnología.www.isaaa.org

(8) MINCYT.2016. Bieconomia Argentina. La Bioeconomia y el territorio inteligente. Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT)

(9) United Nations. 2015. World Population Prospects. Key Findings and advance Tables. United Nations, New York, 2015

(10) Wierny, Marisa; Coremberg, Ariel; Costa, Ramiro; Trigo, Eduardo y Regúnaga, Marcelo. 2015. Medición de la Bioeconomía. Cuantificación del Caso Argentino. Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Argentina.

Ing. Agr., Ms en Economía Agrícola José B..Pizarro,  .Nov.2016